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La preocupación por el lugar de la calidad en los sistemas
educativos iberoamericanos
La preocupación por el tema de la calidad de la educación
está presente en los discursos educativos producidos en la región desde
hace varios años y podría afirmarse que ha sido y es compartido por los
diversos actores sociales.
La revisión de las investigaciones académicas y de las acciones
emprendidas en relación a esta temática permiten inferir que esta
preocupación se instaló a partir de dos situaciones bien
diferenciadas; por un lado, desde el ámbito académico y a
partir de la producción de conocimientos y teorizaciones en torno a las
causas que han producido deterioro en la calidad de nuestros sistemas y
por otro, a partir del surgimiento de experiencias de evaluación del
rendimiento académico ligadas en algunos casos, a comparaciones
internacionales que comenzaron a señalar el desfasaje existente en los
resultados obtenidos entre los países considerados como
"desarrollados".
A través de estas dos modalidades de producción de información y de
conocimiento, visualizadas en oportunidades casi como opuestas comenzó a
expandirse tanto la mencionada preocupación como el término calidad
educativa.
Una revisión con sentido más profundo de las investigaciones y
experiencias realizadas principalmente durante le década de los ´80 nos
permite aproximarnos a un aspecto interesante: en ambas situaciones y en
la mayor parte de los casos se operó en ausencia de una definición
explícita acerca de lo constitutivo de una educación de calidad. Así, nos
encontramos con aproximaciones de carácter restrictivo del tipo "la
calidad es todo lo que se mide a partir de los resultados académicos" o de
carácter tan general que volvía dificultosa la posibilidad de
operacionalizar tal definición.
Trabajos posteriores han posibilitado ampliar las perspectivas del
término (*). En la actualidad, puede afirmarse que se entiende a la
"calidad de la educación" desde su sentido más amplio que
incluye tanto los aspectos referidos al logro de niveles equitativos de
cobertura, como a la distribución de conocimientos socialmente
significativos para el conjunto de la población.
(*) Nota: Al respecto véase Tedesco 1987 y Aguerrondo, I.
1993
La calidad de la educación comprendida desde estos marcos es la
posibilidad que debe brindar el Estado al conjunto de los individuos
que componen la sociedad para que se apropien de los conocimientos
indispensables para el desarrollo de sus capacidades, desplegando en el
tiempo sus posibilidades de aprendizaje con el fin de alcanzar mayores
niveles de participación política, social y económica.
El logro de la calidad de la educación supone garantizar desde el
Estado la formulación de políticas que posibiliten:
-
la distribución de conocimientos y el desarrollo de competencias
relevantes para la producción científico-tecnológica, la vida cotidiana
y la participación ciudadana.
-
la igualdad de acceso, permanencia y egreso de la población a los
sistemas educativos en el marco de la equidad social (UNESCO,
1992).
Dijimos anteriormente que varios de nuestros países se encuentran
inmersos en un proceso de transformación que nos está demandando grandes
esfuerzos. El objetivo es revertir los problemas detectados lo que
presupone centrar el esfuerzo en tres grandes ejes que han incidido
fuertemente en la disminución de la calidad de los sistemas educativos
regionales y que pueden ser sintetizados en:
- La baja significatividad de los conocimientos que distribuye el
sistema educativo
Uno de los problemas centrales del sector ha sido la progresiva
pérdida de significatividad de los conocimientos que la escuela transmite
(*). Tal situación probablemente ha obedecido a una multiplicidad de
causas, que se perciben principalmente en el desajuste entre los
requerimientos del aparato productivo y la formación de los
egresados.
(*) Nota: Véase Aguerrondo, I. 1987 y Braslavsky, C.
1986.
Asimismo, pueden señalarse otras situaciones de desajuste respecto a la
calidad de los conocimientos que el sistema transmite, que muestran la
deficiencia de los mismos para la continuación de estudios en el nivel
superior o para el logro de mayores niveles de participación política,
social y económica del conjunto de la población.
A las deficiencias en la calidad de los conocimientos se agrega el
problema de las características que presenta el proceso de
enseñanza-aprendizaje en el interior de las aulas. Las investigaciones
referidas a este tema han señalado la necesidad de desarrollar
políticas masivas de capacitación, perfeccionamiento y actualización de
los docentes. Tales señalamientos remarcan la necesidad de revisar las
prácticas pedagógicas cotidianas y los modelos didáctico-pedagógicos en
los que se encuadran los procesos de enseñanza.
De la revisión de la bibliografía referida a este tema surge que en
escasas oportunidades éstas contienen descripciones y análisis profundos
acerca de la vida en las escuelas o en las aulas. Sin embargo, algunas de
ellas indican la presencia de fuertes procesos de rutinización y
ritualización del comportamiento de los diferentes actores, situación
que incide fuertemente en la calidad del trabajo institucional
(*).
(*) Nota: Esta revisión se realizaó a partir del análisis de la
totalidad de los números de las dos revistas que registran reseñas de
investigaciones sobre educación ya mencionadas: Propuesta Educativa y la
Revista Argentina de Educación.
Con diferentes niveles de implementación, varios de los países de la
región han producido o están produciendo acciones de reforma de los
contenidos educativos para los diferentes niveles del sistema, algunos han
iniciado fuertes acciones de capacitación docente, otros
simultáneamente a las anteriores, han iniciado procesos de
transformación en la organización y la gestión de las instituciones
educativas.
En estas líneas fundamentales de acción se centra el trabajo que se
está realizando para transformar la situación en torno a la recuperación
de la significatividad de los conocimientos a transmitir y del trabajo
pedgógico al interior de las escuelas.
- La inequidad en la prestación de los servicios educativos
El sistema educativo se estrcturó en el conjunto de los países de la
región se estructuró sobre nociones de gratuidad y universalidad. A pesar
de las premisas de carácter universalista que le dieron fundamento, han
sobrevivido durante varias décadas sectores excluidos (para el caso
argentino véase Aguerrondo,I., 1993). Además, entre los sectores incluidos
se han presentado fuertes elementos de diferenciación, tanto en lo que
respecta a la permanencia en el sistema como a los resultados del proceso
educativo (véase Braslavsky, C., 1986).
El fuerte proceso de expansión de los sistemas educativos acontecido en
la región con algunas asincronías (*) caracterizado por altas tasas
de escolaridad no ha logrado superar algunas situaciones persistentes de
inequidad. Según Aguerrondo I. (1993), pueden observarse
"diferencias importantes entre los niveles de pobreza, lo que señala
que, independientemente de cuáles sean los logros de aprendizaje que se
correspondan con la cuota de escolaridad, la cuota temporal de educación
que se ofrece a los diferentes grupos sociales es bien diferente y esa
diferencia se expresa linealmente, ya que a mayor pobreza corresponde una
menor cuota educativa".
(*) Nota: Tomando al conjunto de la región puede afirmarse que
mientras que para Uruguay, Chile y Argentina para el nivel primario tal
proceso se dio con anterioridad o hacia 1950, en muchos de los otros
países ese proceso fue consecuencia de las políticas de corte
desarrollista que predominaron desde fines de los 50 hasta los
80.
Repetidas veces se ha planteado la superación del modelo de desarrollo
educativo que se apoyaba en la expansión cuantitativa del sistema escolar
en la región (Schifelbein y Tedesco, 1995). Este modelo de expansión del
sistema educativo toma como eje central la dicotomía inclusión/exclusión.
Sus temas centrales eran el analfabetismo y la medición del progreso
educacional como relación entre la oferta escolar exitentes y la población
escolarizada.
Las consideraciones de los últimos años han retomado este análisis
desde un vista diferente. Se ha propuesto un modelo de desarrollo
educacional que tenga en cuenta la existencia de múltiples formas de
exclusión a través del proceso de escolarización. Para la región se ha
afirmado que la inclusión dentro del marco institucional del sistema
educativo y la certificación que éste propone se han desvinculado
paulatinamente de un efectivo acceso al saber significativo.
Es por esto que las formas más sutiles de la exclusión como la
desjerarquización cognitiva y de contenido del proceso escolar para
amplios sectores se ha convertido en tarea central de las políticas
educativas de algunos países de la región. Por ello en el camino de la
generación e instalación de acciones compensatorios de carácter
focalizado y de previsible impacto inmediato, vale la pena destacar los
esfuerzos realizados por el programa de las 900 escuelas en Chile, el
Plan Social Educativo en Argentina y la Escuela Nueva en
Colombia.
- La baja racionalidad y eficiencia en la gestión institucional
Caracterizada principalmente por:
- la duplicación de acciones e inversiones
- los costos administrativos elevados
- los sistemas burocratizados
- la baja efectivización del gasto
- la baja calificación de los recursos humanos en los diferentes
niveles de gestión dentro del sistema educativo
- la ausencia de sistemas de información, evaluación y seguimiento
modernos y confiables para mejorar la eficacia y la eficiencia
Estos aspectos se vinculan directamente con la necesidad de reforma
del aparato estatal en general, en varios de nuestros países estos
procesos ya está en marcha. Específicamente en el caso del sector
educación los procesos de reforma se orientan fuertemente hacia el mandato
del ideal de una educación básica para todos. Esto supone introducir una
serie de transformaciones en la arquitectura del sistema educativo
que requieren inevitablemente de cambios urgentes en los modelos de
gestión tanto de las estructuras de conducción del sistema educativo como
de las instituciones escolares.
De los aspectos analizados con anterioridad surge que la calidad de
la educación ha adquirido en estos últimos años otras dimensiones y
significados que deben tenerse en cuenta para su logro. Podría
afirmarse que ha excedido la clásica denominación que hacía referencia
casi con exclusividad a los niveles de logro en la adquisición de
conocimientos que se observaba en los alumnos para expandir su referencia
a aspectos como:
- las características institucionales que hacen posible el desarrollo
de procesos de enseñanza-aprendizaje efectivos.
- la distribución equitativa de saberes significativos.
- la formación y capacitación de los docentes para el logro de
procesos eficaces de enseñanza.
- la incorporación de material didáctico y de libros que optimicen el
trabajo en las aulas para los sectores con riesgo de fracaso o
exclusión.